Gerontología
El uso del cannabis en gerontología, que se centra en la salud y el bienestar de las personas mayores, ha ganado atención en los últimos años. Aquí tienes una breve historia y descripción de cómo el cannabis ha sido y puede ser útil en el cuidado de los ancianos:
Historia del Cannabis en Gerontología
Uso Tradicional y Antiguo:
China y la Antigua India: En culturas antiguas, como la china y la india, el cannabis fue utilizado como remedio natural para una variedad de dolencias. Se empleaba para tratar el dolor, los trastornos del sueño y problemas digestivos, que también son comunes en la vejez.
Siglo XX y Prohibición:
Durante gran parte del siglo XX, el cannabis fue criminalizado en muchas partes del mundo, limitando su investigación y uso medicinal. Esta prohibición restringió el acceso y el estudio de sus posibles beneficios para las personas mayores.
Reemergencia y Legalización:
Década de 1990 en adelante: Con el movimiento hacia la legalización del cannabis medicinal en lugares como California (EE.UU.) en 1996, comenzó una nueva era de investigación y uso del cannabis. Esto incluyó su aplicación en el tratamiento de enfermedades y síntomas comunes en personas mayores.
EFICACIA: Control del Dolor Crónico:
Muchos ancianos sufren de condiciones dolorosas crónicas como la artritis. El cannabis, especialmente los cannabinoides como el THC y el CBD, ha mostrado ser eficaz en el manejo del dolor sin los efectos secundarios severos de los opioides.
Mejora del Sueño:
Las dificultades para dormir son comunes en la vejez. El cannabis puede ayudar a mejorar la calidad del sueño, reduciendo el insomnio y promoviendo un descanso más reparador.
Estimulación del Apetito:
Condiciones como el cáncer y enfermedades crónicas pueden llevar a la pérdida de apetito. El cannabis es conocido por su capacidad para estimular el apetito, lo que puede ayudar a prevenir la desnutrición en ancianos.
Reducción de la Ansiedad y la Depresión:
El aislamiento y las enfermedades crónicas pueden contribuir a la ansiedad y la depresión en personas mayores. El CBD, en particular, ha mostrado efectos ansiolíticos y antidepresivos que pueden mejorar la calidad de vida de los ancianos.
Neuroprotección:
Estudios preliminares sugieren que los cannabinoides pueden tener propiedades neuroprotectoras que podrían ser beneficiosas en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Apoyo en Cuidados Paliativos:
En el contexto de los cuidados paliativos, el cannabis puede ayudar a aliviar el dolor, reducir las náuseas y mejorar el estado de ánimo, proporcionando un mayor confort a los pacientes terminales.
Principios Generales para la Dosificación en Gerontología
Empieza con una Dosis Baja: Principio "Start Low, Go Slow" (Empieza Bajo, Ve Despacio): Este enfoque es particularmente importante para las personas mayores, quienes pueden ser más sensibles a los efectos del cannabis. Comenzar con la dosis más baja posible y aumentar gradualmente hasta encontrar el nivel óptimo.
Inhalación (Fumar o Vapear): Proporciona un alivio rápido de los síntomas, pero los efectos son de corta duración. Las dosis pueden comenzar con solo 1-2 inhalaciones y ajustar según sea necesario.
Tópicos: Cremas y ungüentos pueden ser útiles para el dolor localizado y la inflamación sin causar efectos sistémicos significativos. EL CBD se absorbe mucho mejor y más rápido que el THC, combinaciones de las dos son beneficiosas.
Tinturas y Aceites: Ofrecen un control preciso de la dosis y efectos de duración media. Se puede comenzar con 1-2 mg de THC, 5mg CBD en adelante, aumentando lentamente.
Comestibles: Tienen efectos más prolongados, pero tardan más en hacer efecto (1-2 horas). Las dosis iniciales pueden ser de 1-2.5 mg de THC, incrementándose lentamente. 5mg CBD en adelante
Diferenciación entre THC y CBD:
THC (Tetrahidrocannabinol): Principal componente psicoactivo, útil para el dolor, el apetito y el sueño, pero puede causar efectos secundarios como mareos y confusión en dosis altas.
CBD (Cannabidiol): No es eufórico como el THC y puede ser eficaz para la ansiedad, la inflamación y el dolor sin los efectos secundarios del THC.
DOSIS: Para el Dolor Crónico:
THC: Comenzar con 1-2 mg, aumentar en incrementos de 1-2 mg según sea necesario. La dosis diaria total no debería exceder 20-30 mg.
CBD: Iniciar con 5-10 mg dos veces al día, aumentando hasta 20-40 mg según sea necesario.
Para el Sueño:
THC: Dosis inicial de 1-2 mg antes de acostarse, aumentando según la respuesta individual.
CBD: Puede usarse solo o en combinación con THC. Dosis inicial de 10-20 mg antes de acostarse.
Para la Ansiedad:
CBD: Comenzar con 5-10 mg dos veces al día, aumentando hasta 20-40 mg según la necesidad.
THC: Puede ser útil en bajas dosis (1-2 mg), pero algunas personas pueden experimentar aumento de la ansiedad con THC.
Para Estimulación del Apetito:
THC: Dosis inicial de 1-2 mg, hasta encontrar el nivel adecuado. Generalmente, una dosis más baja es efectiva.
MÉTODOS DE CONSUMO:
Inhalación (Fumar o Vapear): Proporciona un alivio rápido de los síntomas, pero los efectos son de corta duración. Las dosis pueden comenzar con solo 1-2 inhalaciones y ajustar según sea necesario.
Tópicos: Cremas y ungüentos pueden ser útiles para el dolor localizado y la inflamación sin causar efectos sistémicos significativos. EL CBD se absorbe mucho mejor y más rápido que el THC, combinaciones de las dos son beneficiosas.
Tinturas y Aceites: Ofrecen un control preciso de la dosis y efectos de duración media. Se puede comenzar con 1-2 mg de THC, 5mg CBD en adelante, aumentando lentamente.
Comestibles: Tienen efectos más prolongados, pero tardan más en hacer efecto (1-2 horas). Las dosis iniciales pueden ser de 1-2.5 mg de THC, incrementándose lentamente. 5mg CBD en adelante. Visita: https://www.drherbis.com para ver Alivios de Cannabis recomendados.